Vivimos en una sociedad multicultural y multilingüe que evoluciona constantemente en la que, cada vez, es más frecuente que la gente viaje por todo el mundo y aumente la necesidad de comunicarse en otro idioma dentro de una cultura diferente. Para solventar esta tarea, existen los traductores e intérpretes cuya labor, en muchas ocasiones, se desconoce y se infravalora.
Sin embargo, más que definir las tareas de estos profesionales, me gustaría centrarme en el manejo de las emociones que deben dominar y, con esto, me refiero a situaciones en las que, por las condiciones de trabajo, el intérprete o sus interlocutores puedan llegar a alcanzar altos niveles de estrés o, incluso, se puedan llegar a dar «situaciones límite».
Nuestro estado de ánimo es un factor esencial que se ve reflejado en todas las acciones que realizamos. Si uno de estos profesionales está atravesando un duro momento emocional, influirá en su trabajo. Y es que, cada vez que pensamos en un intérprete, es fácil que se nos venga a la cabeza la imagen de una persona aislada en su cabina, con sus cascos y con ayuda de un compañero para sacar adelante el trabajo juntos, pero no siempre es así, y hay otras modalidades que posiblemente tengamos menos en cuenta, como el trabajo de los intérpretes en los servicios públicos, como ocurre en el ámbito de la salud, donde el profesional se encuentra solo y donde quizás sea más frecuente tener que afrontar más «situaciones límite».
Es por ello por lo que pienso que no solo importa el dominio de las lenguas de trabajo y tener conocimientos sobre distintas culturas, sino que también considero necesaria una preparación psicológica para lidiar con estas situaciones y gestionar tus emociones.
Para concluir, me gustaría destacar una frase de Vincent Van Gogh, que dice: «no olvidemos que las pequeñas emociones son las grandes capitanas de nuestras vidas y las obedecemos sin saberlo» y que va muy en línea con lo que mencionaba: las emociones influyen en nuestra vida de manera fisiológica, cognitiva y conductual.
A modo de ejemplo, me parece especialmente interesante este vídeo de una interpretación en el que la profesional no puede evitar romper a llorar mientras interpreta al alemán las declaraciones del actual presidente ucraniano Zelenski.
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